La Organización Mundial de la Salud considera el sobrepeso y la obesidad como una acumulación anormal o excesiva de grasa que puede ser perjudicial para la salud. La obesidad es considerada en la actualidad como un problema de salud pública, en el que intervienen múltiples factores: genéticos, biológicos, psicológicos, comportamentales y sociales.  Desde los años 70 esta se ha triplicado en todo el mundo.

A menudo, la obesidad, se relaciona con situaciones de ansiedad, estrés, tristeza, sentimientos de soledad y de vacío, o experiencias vitales traumáticas no resueltas. Por ello, es fundamental abordar el factor emocional que subyace a la conducta visible, puesto que este puede ser detonante de una conducta de comer desregulada.

La obesidad no es considerada actualmente un trastorno mental y, por tanto, no se incluye los manuales diagnósticos. Sin embargo, esta se relaciona a menudo con trastornos como depresión, ansiedad, consumo de alcohol, fobias, etc.

Por otra parte, se ha de tener en cuenta que aquello que las personas consideran sobrepeso debemos analizarlo a la luz de la enorme influencia social que tienen los estándares de belleza y los cuerpos normativos, que asocian la salud, la belleza y el éxito con determinados patrones físicos que no todas las personas podemos (ni debemos) cumplir. Un cuerpo saludable respeta nuestra constitución física y es fuente de satisfacción para la persona.

Cómo actuar ante un problema de OBESIDAD

Es importante estudiar y entender los factores que hacen que una persona tenga problemas de sobrepeso y obesidad. Muchas veces, el tomar conciencia sobre la forma como usamos los alimentos para regular nuestras emociones, supone un primer paso motivador parar cambiar hábitos no saludables.

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