¿Qué es el mindfulness? ¿Es una moda? ¿Tengo que sentarme a meditar para practicarlo?
El mindfulness o atención plena hace referencia a la capacidad del ser humano para prestar atención de forma consciente a los pensamientos, emociones, sensaciones corporales… que están ocurriendo en este momento presente. Se trata de enfocar la atención en el presente, con aceptación y libre de juicios.
De esta forma cuando somos conscientes de lo que estamos haciendo, pensando o sintiendo estamos practicando mindfulness. Sin embargo, la tendencia natural que tiene nuestra mente es a deambular sin orientación alguna, saltando de unas imágenes a otras, de unos pensamientos a otros… Así, para evitar que ésta se vaya demasiado hacia el pasado o hacia el futuro, es importante entrenar a la mente en esta capacidad de estar presente. ¡La buena noticia es que esto se puede trabajar!
Existen 2 formas de funcionar en nuestra mente:
- Modo “hacer”: se trata de la tendencia natural de la mente hacia el pensamiento automático. Éste se enfoca en el pasado y en el futuro, y está lleno de juicios, interpretaciones, elaboraciones…
- Modo “ser”: éste es el estado que tratamos de fomentar con la práctica de mindfulness. No es tan automática, sino que debemos ponerle una intención. La mente en modo “ser” está centrada en el momento presente y en lugar de funcionar desde el juicio lo hace desde la aceptación o el “dejar estar”.
Como decimos, nuestra mente va a tender por inercia a colocarse en el modo “hacer”, o modo automático. Esta manera de funcionar nos desconecta de nuestros deseos, necesidades… y nos conectará con sensaciones como las del estrés o la ansiedad. En la medida en la que vayamos progresando en nuestro “entrenamiento mental” nos conectaremos más con el aquí y ahora y nos alejaremos del malestar que trae engancharnos al pasado o al futuro.
¿Cómo trabajamos esta capacidad de atención plena? Existe tanto el mindfulness formal (a través de ejercicios y meditaciones concretas) o el mindfulness informal (o mindfulness en la vida cotidiana). No hay una única manera de practicar la consciencia plena, es importante adaptar la práctica a cada persona, por lo que una buena forma de empezar puede ser dejándote guiar por un profesional.